¿Qué debería suceder si una persona honrada se equivoca? Lo honesto es pedir perdón e intentar solucionar el error.
Lo deshonesto es mentir, hacer que las culpas recaigan en la otra parte e incluso, en plan matón, amenazar.
Esta es una historia de cómo Endesa se sitúa en esta segunda actitud.
A raíz del fallecimiento de mi suegra, la titularidad de su vivienda pasó a manos de sus tres hijos. Junto a mi mujer, una de las hijas, acudimos, el pasado 17 de julio, a una oficina de Endesa para oficializar el cambio de titularidad del contrato. Allí tuvimos que llevar numerosos documentos, entre los que se encontraba la aceptación de la herencia. Lógicamente, la domiciliación de los recibos se cambió a una cuenta propiedad de los tres hermanos. Tras todos esos trámites nos informaron de que ya estaba todo hecho y que, por nuestra parte, no debíamos hacer nada más.
Por lo visto, esto último fue la primera mentira de la que fuimos víctimas.
Porque, en efecto, el día en el que escribo esto, 19 de septiembre, recogemos una carta firmada por la Subdirección de Gestión del Cobro de Endesa Energía, S.A., y dirigida a mi difunta suegra, en la que le informan que “pese a nuestras repetidas comunicaciones, continúan pendientes de pago un importe de 18,92 Euros correspondientes a la/s 1 factura/s que a continuación se detallan”. Y seguidamente aparece la referencia de una factura de fecha 24 de julio.
Como se verá a continuación, aquí se encuentra la segunda mentira de Endesa.
Pero aquí no acaba la cosa, porque, en la misma carta, amenazan a la fallecida con que, si no paga esos 18,92 euros en un plazo de 15 días, “procederemos a tramitar el expediente a nuestra Asesoría Jurídica y adicionalmente sería objeto de su posible inclusión en un SISTEMA DE INFORMACIÓN CREDITICIA…”
Recibida la carta, llamamos inmediatamente al teléfono que aparece en ella, el 800 76 09 09, y la persona que nos atiende, después de realizar varias consultas nos dice que ese importe corresponde a la última factura. Evidentemente, los herederos se hicieron cargo de todo lo que hubiese pendiente, pero Endesa, a sabiendas de que esa persona había fallecido y que su cuenta bancaria se había cerrado (porque así se lo hicimos saber), envía 10 días después una factura e intenta cobrarla, suponemos que en la cuenta cerrada, y no en la nueva. La contestación que nos ofrecen por teléfono es que los nuevos titulares no se habían subrogado.
Pero hay más: como nunca hemos recibido ninguna de las supuestas “repetidas comunicaciones” enviadas, consultamos para saber en qué fechas y por qué medios se habían realizado. Pero Endesa no nos puede decir nada, salvo que “supone” que se habrán enviado por correo electrónico. Pero, dado que mi suegra no manejaba este sistema, era yo quien recibía los correos electrónicos que Endesa enviaba a su nombre. Y, por supuesto, no he recibido ni uno solo sobre esa factura (el segundo engaño mencionado).
Es evidente que la cantidad es lo menos importante de este asunto. Lo importante son las formas. No habría pasado nada si Endesa envía una comunicación informando de que queda pendiente esa cantidad y que, por favor, la hagamos efectiva. Pero para eso no hacía falta mentir ni amenazar.
Como dato añadido, tengo que decir que mi suegra estaba con Endesa porque un comercial apareció por su domicilio y, aprovechando que era una persona mayor, le hizo firmar una serie de papeles que ella no entendió, por lo que, entre otras cosas, estuvo pagando un mantenimiento que ya tenía contratado por otra parte. Ella ni siquiera supo que había cambiado de compañía y que estaba pagando más que antes.
Así que, mi recomendación es buscar otras compañías y marcharse de Endesa si actualmente estáis con ellos. Por nuestra parte, es lo que hemos decidido hacer.